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La Vera Cruz en la que fue crucificado Jesús ¿Era Verdadera? O ¿fue un invento de Elena de Constantinopla en los inicios de la Iglesia?
Creada | 14-04-2015 |
Modificada | 04-10-2016 |
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Mayo | 9 |
Reseña del Documental La Vera Cruz de la serie Los Enigmas de Jesucristo
Trescientos años después de la muerte de Jesús, Elena, madre del emperador Constantino, con 70 años de edad, viajó a Jerusalén y allí dirigió la que posiblemente sea la primera excavación arqueológica de la historia.
Buscó y encontró la Vera Cruz, la verdadera cruz en la que había sido crucificado Jesús. La partió en fragmentos y los repartió por todas las iglesias de Europa.
La historia, desde luego, parece inverosímil. Si encuentras la Cruz de Jesús lo lógico es llevarla a un templo sagrado donde sea expuesta y venerada, no hacerla astillas para repartirlas por todo el mundo.
Actualmente existen más de mil fragmentos repartidos por todo el mundo.
Calvino, en el siglo XVI, afirmaba despectivamente que si se juntaran todos los fragmentos de la Vera Cruz se podría llenar la bodega de un barco.
Pero en el siglo XIX, un arquitecto francés recopiló la documentación de los fragmentos conocidos entonces y calculó que entre todos sólo habría un 10% del total de la madera de la cruz.
Al Norte de España se encuentra la iglesia de Santo Toribio de Liébana. Allí se encuentra el trozo más grande de la Vera Cruz, traído de Jerusalén por un monje en el siglo V.
Constantino era hijo de una cristiana plebeya, Elena, que se enamoró de un oficial romano.
Tras seguir una brillante carrera militar, en el año 312 Constantino tuvo la oportunidad de librar una batalla que le podía catapultar al puesto de emperador de Roma. La víspera de la batalla soñó con el símbolo de la cruz y con una voz que le anunciaba
Con este signo vencerás
Constantino hizo pintar la cruz en los escudos de todos sus soldados y ganó la batalla. Ya como emperador de Roma ordenó que los cristianos dejaran de ser perseguidos y en los años sucesivos hizo del cristianismo la religión oficial del imperio.
Hasta entonces el cristianismo había estado prohibido y perseguido, ya que los cristianos se negaban a adorar a los emperadores, muchos de los cuales se autoproclamaban dioses. Apenas el 10% de la población era cristiana.
Constantino estaba casado y había tenido un hijo, Crispo, destinado a ser el heredero del imperio.
Se separó para casarse con una noble, Fausta, que le dio tres hijos, aunque el heredero debería seguir siendo su primogénito, Crispo.
En el 326, Constantino descubrió que Fausta le era infiel con Crispo. Hizo que lo apresaran y, tras enviarlo a un remoto lugar de Croacia, lo envenenaron.
Un confidente le informó de que había sido la misma Fausta la que había planeado la infidelidad para hacer caer en desgracia a Crispo y que sus hijos pudieran acceder al trono. Constantino dio instrucciones para que, cuando ella acudiera a bañarse a las termas, la encerraran y avivaran el fuego hasta cocerla.
Quizás por los remordimientos, o quizás por los reproches de su madre, un año más tarde Constantino la envió a Jerusalén, a la búsqueda de la Santa Cruz.
Destruida tras las Guerras Judías, los romanos habían expulsado a los judíos de Jerusalén y la habían convertido en una ciudad romana, Aelia Capitolina, llena de templos paganos y donde las prácticas religiosas judías y cristianas estaban prohibidas.
Nadie conocía los lugares originales donde habían ocurrido los hechos de la Pasión, ni siquiera dónde estaba el Gólgota, el lugar donde Jesús fue crucificado.
En el año 135, el emperador Adriano había hecho construir un templo pagano en la cima del Gólgota, pero Constantino había ordenado su destrucción un año antes de la llegada de Elena, en el 328.
La Iglesia, a partir del año 360, contó la historia de que Elena había hecho que se excavaran las ruinas y bajo los escombros se encontraron tres cruces.
Apenas 10 años después del supuesto hallazgo comenzaron a aparecer fragmentos de la Vera Cruz en diversas iglesias de la costa mediterránea, incluyendo las ciudades romanas del Norte de África.
Elena no sólo encontró la Vera Cruz y repartió fragmentos por toda la cristiandad, también hizo construir iglesias en Belén y otros lugares santos, dando inicio a la costumbre de que los cristianos hicieran una peregrinación a la Tierra Santa para conocer los lugares sagrados en los que nació, creció, predicó y murió Jesús.
Hasta entonces, los cristianos se reunían clandestinamente en el monte de los Olivos para conmemorar la Ascensión de Jesús. No existían templos ni edificios cristianos. Después de Elena, la Tierra Santa se llenó de iglesias, templos y edificios donde los cristianos de todo el imperio acudían en peregrinación.
Poco después de su regreso a Roma, Elena murió.
Y más tarde, en el 336, un año antes de morir, su hijo Constantino decidió ser bautizado.
La ciudad de Waterford es la más antigua de Irlanda. En el museo de la ciudad se conserva un fragmento de la Vera Cruz entregado por el Papa al rey de Irlanda en 1110.
Georges Kazan y Tom Higham, de la Universidad de Oxford, extraen una muestra del interior de la madera para realizar una datación por Carbono 14.
La madera es de cedro, que no existía en Irlanda en aquella época. También ha sido protegida con barniz, y éste podría contener carbono muy posterior. Para evitar que engañe las lecturas, se tiene que tomar la muestra del interior de la madera, donde no exista la posibilidad de que se hubiera contaminado con gases, humo o suciedad posterior.
Los resultados son decepcionantes. La madera de la reliquia data, con bastante seguridad, de los alrededores del año 1100, es decir, muy poco antes de que el Papa se la entregara al rey de Irlanda.
¿Era consciente el mismo Papa de la falsedad de esa reliquia?
O ¿fue una víctima más de los engaños de quienes, desde Jerusalén, las fabricaban y vendían a la cristiandad?
Bastante interesantes los datos de la vida de Elena y Constantino, aunque hay muchas leyendas inventadas por la Iglesia que se entremezclan con la historia y hay que ser cauto antes de aceptar todos los datos como verdaderos.
Si hay más de mil fragmentos de la Vera Cruz, deberían datarse todos. Probablemente la mayoría serán falsificaciones posteriores a Elena, pero podríamos encontrar los fragmentos más antiguos y determinar si corresponden al siglo IV, de donde podremos deducir que Elena fue la primera engañada por el mito, si es que no fue ella misma la que pergeñó el engaño, o si efectivamente existe algún fragmento que se pueda datar en el siglo I.
Capitulos: Imágenes y Sudarios El Cáliz de la Última Cena Los Secretos de la Tumba de Jesús La Piedra de Jacob La Vera Cruz La Ciencia y los Santos Hitler y la Lanza del Destino
Ver Ficha de La Vera Cruz de la serie Los Enigmas de Jesucristo
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