Reseñas de Documentales y Libros
De Moisés a la Tierra Prometida
Patrones de Evidencia: El Éxodo
La Separación de las Aguas del Mar Rojo
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Documentales de Historia Bíblica desde Moisés hasta la llegada a la Tierra Prometida
Creada | 09-03-2013 |
Modificada | 25-12-2016 |
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Enero | 8 |
Según la historia, los Hicsos permanecieron en Egipto durante unos 80 años antes de ser expulsados. Es probable que no fueran exiliados todos los Hicsos, sino sólo los militares, gobernantes, funcionarios y personas de rango, mientras que otros muchos hicsos, agricultores, alfareros y obreros, fueran respetados y permanecieron en Egipto, integrándose en pocas generaciones con la población egipcia.
Entre los hicsos también vinieron otros pueblos que se les unieron en su camino, algunos desde Canaán. Y algunos de estos también permanecieron en Egipto.
Los egipcios tenían unas reglas muy precisas y mucho más humanitarias que las de otros pueblos de su tiempo sobre la esclavitud.
Es posible que tras la expulsión de los Hicsos algunos de ellos fueran hechos prisioneros y esclavos, pero no sería durante mucho tiempo, ni mucho menos por varias generaciones.
Como botín de guerra, los prisioneros podían convertirse en esclavos, pero sólo durante un período de tiempo de algunos años.
En tiempo de paz cualquier persona podía convertirse en esclavo por delitos o deudas, en ocasiones de forma voluntaria para impedir un castigo mayor.
Incluso había personas que se vendían a sí mismos como esclavos por un período de varios años (nunca para siempre).
En cualquier caso, los esclavos que había en Egipto eran pocos, dedicados en su mayor parte a tareas domésticas o campesinas, excepto los más desafortunados que tenían la desgracia de ser enviados a las minas de cobre. Y todos ellos tenían defensa jurídica si se les castigaba injustamente o se les trataba de forma cruel e inhumana.
La historia bíblica de la supuesta esclavitud de los judíos en Egipto es algo que no encaja con los conocimientos de Egipto que poseemos. Lo más probable es que, si hubo esclavos judíos en Egipto, debió ser de uno o unos pocos grupos reducidos en diversas ciudades, probablemente procedentes de capturas de delincuentes o de expediciones de castigo a pueblos vasallos que intentaran rebelarse.
Y es totalmente inverosímil la idea de que los egipcios tuvieran tanto miedo de los numerosos y prolíficos esclavos judíos que les prohibieran tener hijos.
El nombre de Moisés plantea varias dudas, porque aunque la Biblia dice que en hebreo significa 'sacado' refiriéndose al hecho de que fue sacado de las aguas, quien le pone ese nombre es la hija del faraón. Es muy improbable que la hija del faraón piense en un nombre hebreo, máxime si los hebreos son tan odiados y temidos. Parece más posible que si la hija del faraón quiso quedarse con el niño le llamase Hijo en Egipcio: Moses.
Según modernos historiadores bíblicos podría haber vivido en tiempos de Ramsés II (Ra-Moses, Hijo de Ra), opinión refrendada por el hecho de que la Biblia afirma que los judíos trabajaron en la construcción de las ciudades de Pitón y Ramsés. Posiblemente se refieran a la construcción de la ciudad de Pi-Ramsés, cuya construcción tuvo lugar en tiempos de Ramsés II.
En algún momento Moisés huyó de Egipto a Madián, en las montañas situadas entre la península del Sinaí y la costa sur de Arabia. En esa zona montañosa hay varios volcanes activos y uno de ellas es conocido como la Montaña de Dios. Es posible que fuera allí donde Moisés recibiera la misión de sacar a los judíos de Egipto.
El Faraón (no se sabe si Ramsés II el Grande o su sucesor Mernepta) se negó a liberar a los judíos y Dios envió varias plagas para convencerlo.
Se ha sugerido que las plagas fueron la consecuencia de varias catástrofes naturales, algunas corrientes y otras extraordinarias.
Según algunos historiadores las plagas pudieron ser producidas por la erupción del volcán de la isla de Thera (Santorín), pero esta erupción se produjo varios siglos antes. Ya que no hay documentación histórica precisa sobre estos hechos, es posible que cuando se escribiera la historia del Éxodo, unos 400 o 700 años más tarde, se juntaran varias leyendas distintas, de distintos acontecimientos y distintas épocas, para construir una historia mucho más épica sobre lo ocurrido.
Cuando los judíos salieron de Egipto no lo hicieron por las buenas, sino huyendo, tras haber robado muchas joyas de las casas en las que algunos judíos servían.
Obviamente no viajaron por caminos transitados, sino que atravesaron el desierto hasta el lago Sibornis, una zona pantanosa llena de cañaverales y juncos rojizos. Conocido como El Mar de Juncos, al traducirse al griego se usó la expresión Mar Rojo. Mucho tiempo más tarde, pero no en la época de Moisés, se le dio el nombre de Mar Rojo al que hay entre las costas de Egipto y Arabia y eso llevó a pensar que lo que los judíos habían atravesado no era un mar de juncos en el que las ruedas de los carros egipcios quedasen atascadas, sino todo un ancho mar que se había abierto por voluntad de Dios.
De nuevo la historia de un pequeño grupo de fugitivos judíos que huyeron a través de un pantanal de juncos se contó y exageró durante generaciones, durante varios siglos, hasta convertirla en una historia épica.
En la zona de Madián, entre la península de Sinaí y la costa sur de Arabia, los judíos viajaron y fueron ayudados en ocasiones por algunos de los pueblos que allí vivían.
Uno de estos pueblos se llamaba YAV, y adoraban a un dios al que llamaban YAVÉ. Algunos de los judíos establecidos en Madián comenzaron a adorar al dios Yavé y mezclaron sus creencias con las de este nuevo dios, identificándole con el que les había sacado de Egipto.
No todos los judíos, la mayoría seguían adorando a sus antiguos dioses hicsos y cananeos, pero el grupo de los yavistas, que contaban la historia del Éxodo de una forma cada vez más épica empezaron a tener cada vez más seguidores.
Algunos añoraban las viejas tierras que no habían conocido pero de las que sabían que procedían sus antepasados y poco a poco, en pequeños y espaciados grupos, algunos volvieron a Canaán.
La historia nunca se narra como realmente ocurrió, sino como los que la escriben quieren que la gente crea que ocurrió.
Numerosos grupos pequeños llegaron a Judá e Israel. Algunos eran descendientes de los hicsos, otros de cananeos o madianitas. Todos llegaron a diversos pueblos, la mayoría fueron aceptados y se establecieron e integraron en la sociedad.
Pero no todos. Los yavistas no se integraron, sino que se convirtieron en una secta religiosa. Vivieron del sacerdocio y de contar su historia, atrajeron prosélitos y discípulos. Poco a poco los yavistas fueron adquiriendo fuerza e influencia hasta igualar a otras religiones y sectas que había en las ciudades de Canaán.
Y conforme se narraban una y otra vez, conforme pasaban las generaciones, las historias que contaban los yavistas eran cada vez más fantásticas y atrayentes.
Las Plagas de Egipto, el más de un millón de judíos que salieron de Egipto, el paso del Mar Rojo, los cuarenta años en el desierto, las conquistas de Canaán bajo el mando de Josué, todas estas son leyendas, algunas usurpadas de pueblos antiguos otras inventadas, la mayoría exageradas, que se contaron durante generaciones, durante siglos, mientras los imperios avanzaban y retrocedían y los reinos nacían y morían.
Capitulos: Los Mitos del Edén Abraham y su Descendencia De Moisés a la Tierra Prometida El Reino de Judá-Israel La Vida de Jesús La Iglesia Primitiva Reliquias del Cristianismo
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