Historia de la Infancia de Jesús según Santo Tomás
(Redacción latina)
I De cómo Maria y José huyeron con Jesús a Egipto
- Cuando Herodes hizo buscar a Jesús, para matarlo, el ángel dijo a José:
- Toma a María y a su hijo, y huye a Egipto, lejos de los que quieren matar al niño.
- Y Jesús tenía dos años cuando entró en Egipto.
- Y ocurrió que, como cruzasen un sembrado, recogió espigas, y las puso al fuego, y las asó, y las comió.
- Y, llegados a Egipto, fueron admitidos en la casa de una viuda.
- Y pasaron un año allí.
- Y Jesús cumplió los tres años. Y, viendo jugar a los niños, comenzó a tomar parte en sus diversiones.
- Y, encontrando un pez seco, lo puso en un plato, y le ordenó que palpitase.
- Y el pez comenzó a palpitar.
- Y Jesús le dijo: Quítate la sal que has tomado, y ve al agua.
- Y fue así. Mas los vecinos, viendo lo que había hecho, llevaron la noticia a la casa de la viuda en que vivía María, la madre de Jesús.
- Y aquella mujer, al saber lo ocurrido, los arrojó de su casa.
II Jesús y los doce pajarillos
- Y Jesús, paseando con su madre María por la plaza de la población, vio a un maestro que enseñaba a sus discípulos.
- Y he aquí que doce pajarillos descendieron sobre donde estaban los discípulos con el maestro.
- Y Jesús, al observar esto, se paró, y se puso a reír.
- Y, viéndolo reír, el maestro se encolerizó.
- Y dijo a sus discípulos: Id y traédmelo.
- Y cuando se lo llevaron, el maestro lo agarró de una oreja.
- Y le preguntó: ¿Qué has visto que te haya hecho reír?
- Y Jesús le contestó: Maestro, he aquí mi mano llena de trigo.
- Yo lo he mostrado a esos pájaros, y he esparcido este grano, y ellos se han apresurado a venir por él.
- Y Jesús estuvo allí hasta que los pájaros se repartieron el trigo.
- Mas el maestro lo echó de la ciudad, con su madre.
III Jesús vuelve de Egipto a Judea
- Y he aquí que el ángel del Señor se apareció a María.
- Y le dijo: Toma el niño, y vuelve a la tierra de los judíos.
- Porque los que querían su vida, han muerto.
- Y María se levantó y se llevó a Jesús.
- Y fueron a la ciudad de Nazareth, donde estaba la hacienda de su padre.
- Y cuando José salió de Egipto, después de la muerte de Herodes, condujo a Jesús al desierto, hasta que los que querían la vida del niño no turbasen a Jerusalén.
- Y dio gracias al Altísimo, porque le había dado la inteligencia.
- Y porque había hallado gracia ante el Señor Dios. Amén.
IV Cosas que hizo Jesús en la villa de Nazareth
- Glorioso es para Tomás Israelita, apóstol del Señor, contar las obras de Jesús, cuando estaba en Nazareth, de regreso de Egipto.
- Oíd atentamente, hermanos queridos, lo que hizo el Señor Jesús en la ciudad de Nazareth.
- Jesús tenía cinco años, cuando una gran lluvia cayó sobre la tierra.
- Y el Señor Jesús andaba bajo la lluvia.
- Y era espantosa, mas él la reunió en una cisterna y le ordenó ser clara. Y ella lo fue.
- Y, tomando el barro de aquel pozo, lo modeló, y le dio forma de doce pajaritos.
- Y Jesús hacía estas cosas un día de sábado, en medio de los hijos de los judíos.
- Y los hijos de los judíos fueron a José, padre de Jesús, y le dijeron:
- He aquí que tu hijo jugaba con nosotros.
- Y ha tomado barro, y ha modelado doce pájaros, y ha violado el sábado.
- Y José vino al niño Jesús, y le dijo: ¿Por qué has hecho lo que no está permitido hacer en día de sábado?
- Mas Jesús, abriendo las manos, dijo a los pájaros: Levantaos y volad.
- Porque nadie ha de daros muerte.
- Y poniéndose a volar, alababan con sus gritos a Dios Todopoderoso.
- Y, al ver esto, los judíos, maravilláronse, y empezaron a divulgar los milagros de Jesús.
- Y un fariseo, que estaba con el niño, tomó un ramo de oliva, y destruyó la fuente que había hecho Jesús.
- Y, cuando Jesús lo vio, se enojó, y dijo: Sodomita impío e ignorante, ¿qué te habían hecho estas fuentes, que son obra mía?
- Quedarás como un árbol seco, sin raíces, sin hojas ni frutos.
- Y el fariseo se secó, y cayó a tierra, y murió.
- Y sus padres llevaron su cuerpo, y se enojaron con José.
- Y le decían: He aquí la obra de tu hijo. Enséñale a orar, y no a maldecir.
V Los nazarenos se irritan contra José por las cosas que obra Jesús
- Y, unos días después, yendo Jesús con José por la ciudad, un niño corrió ante ellos, y, tropezando intencionadamente con Jesús, lo lastimó mucho en un costado.
- Mas Jesús le dijo: No acabarás el camino que has comenzado a recorrer.
- Y el niño cayó a tierra, y murió.
- Y los que vieron tal milagro, exclamaron: ¿De dónde es este niño?
- Y dijeron a José: No conviene que semejante niño esté entre nosotros. Aléjalo de aquí.
- Mas si es preciso que tú estés entre nosotros, enséñale a orar, y no a maldecir, porque nuestros hijos han perdido la razón.
- Y José llamó a Jesús y le dijo: ¿Por qué maldices?
- He aquí que los habitantes de esta ciudad nos odian.
- Mas Jesús dijo: Yo sé que a ti, y no a mí, afectan esos discursos.
- Y me callaré por ti, mas que ellos vean lo que hacen, según su discreción.
- Y todos los que hablaban contra Jesús, quedaron ciegos.
- Y se fueron diciendo: Todas las palabras que salen de su boca tienen una potencia fatal.
- Y viendo José lo que había hecho Jesús, se enfureció, y le agarró de una oreja.
- Y Jesús se enojó, y dijo a José: Bástete mirarme, mas no me toques.
- Tú no sabes quién soy. Y si lo supieras, no me contrariarías. Porque, aunque estoy aquí contigo, he sido creado antes que tú.
VI De cómo fue tratado Jesús por un maestro de escuela
- Y un hombre llamado Zaqueo escuchaba lo que Jesús decía a José.
- Y lleno de admiración por Jesús, dijo: Nunca he visto un niño que hablase así.
- Y se acercó a José y le dijo: Tienes un hijo muy inteligente. Envíamelo, para que le enseñe las letras.
- Y luego que las sepa, yo lo instruiré con esmero, para que no permanezca en la ignorancia.
- Y José contestó: Nadie puede enseñarle, sino Dios. ¿Crees que este niño es como los demás?
- Y oyendo Jesús lo que Zaqueo hablaba a José, le dijo: Maestro, todas las palabras que salen de mi boca son verdaderas.
- Y yo he sido el Señor antes que todos los hombres, y la gloria de los siglos me ha sido dada. Mas nada se os ha dado a vosotros.
- Porque yo soy antes que los siglos, y sé cuál será el número de los años de tu vida, y que serás desterrado.
- Y tú debes comprender lo que ha dicho mi padre, porque cuantas palabras salen de mi boca son verdaderas.
- Y oyendo los judíos lo que decía Jesús, se maravillaban.
- Y decían: Estamos escuchando de este niño discursos que no hemos oído nunca, y que no oiremos jamás de nadie.
- Ni aun de los príncipes de los sacerdotes, ni de los doctores de la Ley, ni de los fariseos.
- Y Jesús les contestó: ¿De qué os maravilláis?
- Miráis como increíble lo que os he dicho, y he aquí que os he dicho la verdad.
- Porque yo sé cuándo habéis nacido vosotros y vuestros padres, y os puedo decir cómo fue hecho el mundo, y conozco a quien me ha enviado a vosotros.
- Y los judíos estaban tan asombrados que no acertaban a responder.
- Y el niño, recogiéndose en sí mismo, se gozó, y dijo: Os he hablado en parábola, porque sé que sois débiles e ignorantes.
- Y el maestro dijo a José: Tráemelo, para que le enseñe las letras.
- Y José llevó a Jesús a la casa del maestro, donde había otros niños instruyéndose.
- Y el maestro, hablándole con dulzura, se puso a enseñarle las letras.
- Mas él escribió el primer versículo, que va desde A a T, y se puso a instruirlo.
- Y el maestro pegó al niño en la cabeza, y el niño le dijo: Conviene que yo te instruya a ti, y no tú a mi.
- Porque yo conozco las letras que quieres enseñarme, y sé que nada puede salir de ti, más que palabras, y no sabiduría.
- Y comenzando el versículo, recitó desde A hasta F muy rápidamente. Y mirando al maestro dijo: Tú no sabes explicar lo que es A ni lo que es B. ¿Cómo quieres enseñar las otras letras?
- Hipócrita, dime qué es A, y te diré que es B. Y queriendo aquel doctor explicar la A, no pudo dar ninguna respuesta.
- Y Jesús dijo a Zaqueo. Escucha, doctor, y comprende la primera letra.
- Nota que tiene dos trazos que se unen, se separan y engruesan, y que son el símbolo de la permanencia, de la dispersión y de la variedad.
- Y viendo Zaqueo explicar así la primera letra, se asombró de que un niño tuviera ciencia tan profunda, y exclamó: ¡Malhaya yo!
- Porque he traído sobre mí una gran vergüenza por causa de este niño, y estoy lleno de estupefacción.
- Y dijo a José: Yo te ruego, hermano, que te lo lleves, pues no puedo mirarlo a la cara, ni escuchar sus discursos asombrosos.
- Porque este niño puede dominar el fuego y encadenar la mar, por haber nacido antes que los siglos.
- Y yo no sé qué vientre lo ha engendrado niqué pecho lo ha nutrido.
- He aquí que quedo abatido en espíritu, porque seré objeto de irrisión. Yo lo creía discípulo, y resulta ser maestro.
- Y no puedo sobrellevar mi oprobio porque soy viejo, y, sin embargo, nada hallo que responderle.
- Y quiero caer enfermo, y dejar este mundo, o, a lo menos, abandonar esta ciudad, donde todos han visto mi afrenta de ser confundido por un niño.
- Qué podré ya decir a los otros? ¿Qué discursos haré, si él me ha vencido ya en la primera letra?
- Estoy estupefacto, ¡oh amigos!, y no hallo ni el principio ni el fin de la contestación que habría de darle.
- Y ahora, hermano José, llévate al niño a casa, porque es un maestro, y un Señor, o un ángel.
- Y volviéndose Jesús a los judíos que estaban con Zaqueo, les dijo: Que los que no creían, crean, y que los que no comprendían, comprendan, y que los sordos oigan y que los muertos resuciten.
- Y cuando hubo callado el niño Jesús, todos los que habían sido heridos por su palabra, curaron.
VII Jesús resucita a un niño
- Subiendo un día Jesús con unos niños a la azotea de una casa, se puso a jugar con ellos.
- Y uno cayó al patio y murió. Y todos los niños huyeron, mas Jesús se quedó.
- Y, habiendo llegado los padres del niño muerto, decían a Jesús: Tú eres quien lo has tirado. Y lo amenazaban.
- Y Jesús, saliendo de la casa. se puso en pie ante el niño muerto, y le dijo en voz alta: Simón, Simón, levántate y di si yo te he hecho caer.
- Y el niño se levantó, y dijo: No, Señor. Y viendo sus padres el gran milagro que había hecho Jesús, lo adoraron y glorificaron a Dios.
VIII Jesús cura el pie de un niño
- Y un niño partía madera, y se hirió un pie.
- Y, sobreviniendo allí mucha gente, Jesús se acercó también al niño, y le tocó el pie, y curó.
- Y díjole Jesús: Levántate, y parte tu leña, y acuérdate de mi.
- Y la gente, al ver este milagro, adoró a Jesús, diciendo: Verdaderamente, creemos que es Dios.
IX Jesús lleva el agua en su ropa
- Y tenía Jesús seis años. Y su madre lo envió a buscar agua.
- Y como llegase Jesús a la fuente, había mucha multitud, y se rompió su cántaro.
- Y en la ropa que vestía, recogió agua y la llevó a María, su madre.
- Y viendo ella el milagro que había hecho Jesús, lo abrazó, y dijo: Señor, óyeme, y salva a mi hijo.
X Jesús siembra trigo
- Y, al advenir la sementera, José fue a sembrar, y Jesús iba con él.
- Y cuando empezó a sembrar José, Jesús tomó un puñado de trigo, y lo esparció por el suelo.
- Y llegado el tiempo de la siega, José fue a recolectar.
- Y Jesús recogió las espigas del trigo que había sembrado, e hizo cien haces de buen grano, y lo repartió a los pobres, a las viudas y a los huérfanos.
XI Jesús iguala dos maderos desiguales
- Y Jesús cumplió la edad de ocho años.
- Y José era carpintero, y hacía carretas y yugos para los bueyes.
- Y un rico dijo a José: Maestro, hazme un lecho grande y hermoso.
- Y José estaba afligido, porque uno de los maderos que iba a emplear era más corto que el otro.
- Mas le dijo Jesús: No te aflijas. Toma el madero de un lado, yo lo tomaré del otro, y tiremos.
- Y, haciéndolo así, el madero adquirió la longitud precisa. Y Jesús dijo a José: Trabaja. He ahí el madero que necesitabas.
- Y, al ver José lo que había hecho Jesús, lo abrazó, diciendo: Bendito sea Dios, que me ha dado tal hijo.
XII Jesús es llevado a otro maestro para aprender las letras
- Y viendo José el poder de Jesús, y que crecía, pensó enviarlo a un maestro que le enseñase las letras, y lo llevó a un doctor.
- Y este doctor dijo a José: ¿Qué letras quieres que aprenda tu hijo?
- Y José le contestó: Enséñale primero las letras extranjeras y luego las hebreas. Porque estaba informado de que aquel doctor era muy sabio.
- Y cuando el doctor escribió el primer versículo, que es A y B, se lo explicó a Jesús varias horas.
- Mas Jesús callaba y nada respondía.
- Y dijo luego al doctor: Si eres verdaderamente un maestro, y sabes las letras, dime la potencia de la letra A, y yo te diré la potencia de la letra B.
- Mas el maestro, colérico, le pegó en la cabeza. Y Jesús, irritado, lo maldijo, y el maestro cayó al suelo, y murió.
- Y Jesús volvió a su casa, mas José prohibió a María que lo dejase pasar el umbral.
XIII Jesús es llevado por tercera vez a un maestro
- Mas, transcurridos pocos días, vino un doctor, amigo de José.
- Y dijo: Llévame el niño, y yo le enseñaré las letra tratándolo con mucha dulzura.
- Y José contestó: Si puedes conseguirlo, instrúyelo.
- Y recibiendo el doctor a Jesús, lo llevó con alegría.
- Y llegado Jesús a la morada del doctor, encontró un libro en un rincón, y tomándolo, lo abrió.
- Mas no leía lo que estaba escrito en él, sino que abría la boca y hablaba por inspiración del Espíritu Santo, y enseñaba la Ley.
- Y todos los asistentes lo escuchaban atentos, y el maestro lo oía con placer, y le pidió que enseñase con más extensión.
- Y mucha gente se reunió para escuchar los discursos que salían de su boca.
- Mas José, sabiendo esto, se espantó. Y el maestro le dijo: Hermano, yo he recibido a tu hijo para instruiro.
- Empero, he aquí que él está lleno de sabiduría. Llévalo a tu casa con gozo, porque la sabiduría que tiene es un don del Señor.
- Y oyendo Jesús hablar así al maestro, se regocijó y dijo: Tú ahora, maestro, has dicho la verdad.
- Y por ti, el que es muerto, debe resucitar. Y José lo llevó a casa.
XIV Jesús cura a Jacobo de la mordedura de una vibora
- José envió a Jacobo a recoger paja, y Jesús iba con él.
- Y mientras Jacobo recogía la paja, una víbora lo mordió, y cayó al suelo como muerto.
- Y viendo esto Jesús, sopló sobre la herida, y Jacobo quedó curado, y la víbora murió.
XV Jesús resucita a otro niño
- Y habiendo muerto el hijo de un vecino, su madre se entregó a un gran dolor
- Y sabiéndolo Jesús, llegóse al cadáver del niño, y se inclinó sobre él, y sopló sobre su pecho.
- Y le dijo: Niño, yo te ordeno no morir, sino vivir.
- Y el niño resucitó. Y Jesús dijo a la madre: Toma a tu hijo, y dale de mamar, y acuérdate de mí.
- Y viendo este milagro, decía la gente: En verdad, este niño es del cielo.
- Porque ha librado varias vidas de la muerte, y cura a todos los que esperan en él.
- Y los escribas y los fariseos se llegaron a María, y le preguntaron: ¿Eres tú la madre de este niño? Y ella dijo: En verdad que lo soy.
- Y ellos le dijeron: Dichosa eres tú entre todas las mujeres.
- Porque Dios ha bendecido el fruto de tu vientre, pues que te ha dado un hijo tan glorioso y dotado de una sabiduría como nunca hemos visto ni oído.
- Y Jesús se levantó, y seguía a su madre. Y María conservaba en su corazón todos los milagros que había hecho entre el pueblo, curando a muchos que habían enfermado.
- Y Jesús crecía en talla y en sapiencia, y todos los que lo veían, glorificaban a Dios, el Padre Todopoderoso, que bendito sea por los siglos de los siglos.
Amén.
Fuente: Los Evangelios Apócrifos, por Edmundo González Blanco